jueves, 16 de abril de 2015

¡Levántate y muerde!


Mentiría si os dijera que me ha sorprendido que habiendo escrito ayer noche: «Retiró a Michael Schumacher en un año perfilado para el triunfo de La Scuderia», el debate se haya centrado con naturalidad en la relación Alonso-Schumacher, dando poca o nula relevancia a mi insinuación de que 2006, fue realmente un año abocetado por la FIA para la exaltación de La Scuderia porque las horas del Kaiser en ella estaban más que contadas, como supimos luego...

Yo sé que sabéis, y cuando escribo lo tengo bien presente. Basta que alguien piense que entre los pilotos sólo existe competencia, para que todos mordamos el anzuelo. En eso consiste el juego, en que pensemos que la mano importante del truco es la que nos distrae y no la otra. 

Pero a mí me interesa esa otra mano que no aparece en el foco, y la busco porque bajo mi humilde opinión, también forma parte de la Fórmula 1. Quizá no de la que sube al podio o aparece en las fotos, pero sí de ese negocio que trabaja con denuedo por la supervivencia de todos los que lo integran. Garantizando podios e instantáneas, espectáculo y por supuesto, debates que jamás llevan a nada.

Y así las cosas, hoy jueves, no veo a Nico en China quejándose como una nenaza porque Lewis no le dejaba jugar con la pelota, sino a un profesional avisando por radio, que el plan establecido en el briefing corría riesgo de irse al carajo porque Hamilton le estaba poniendo en riesgo a él. 

El matiz es importante porque este desliz en cuanto a mostrar su lealtad en público se refiere, le está resultando muy caro al hijo de Keke. Hamilton, consciente de que tiene agarrado por los huevos a su compañero, hace sangre con él por ver si así le mina la moral. Y la gente entra al trapo. Y viene uno y dice que ha perdido facultades. Y otro, entrevé que el alemán no aguanta la presión. Y el de más allá le señala como blandito, y Lauda no sabe lo que dice, como de costumbre.

Pero a mí me queda Spa del año pasado y entiendo, que hay que ser muy bueno para resultar convincente haciendo de malo. 

La negociación del contrato de renovación del británico con Brackley está durando demasiado como para que la prensa pase de puntillas sobre el asunto y de vez en cuándo. A mí me escama porque en el País de Nunca Jamás todo es perfecto y brilla desde el último sable de los piratas hasta el garfio del capitán. 

No encaja en este idílico paisaje que Hamilton no haya estampado su firma todavía. Mercedes AMG parece no tener rival hoy por hoy y quizá no lo tenga mañana tampoco, y si Lewis no se vincula unos años más a ella, intuyo que tiene que ser porque está ganando algo, ahora precisamente.

A Nico le queda poco tiempo, así que sólo me queda decirle: ¡levántate y muerde de una puñetera vez!

Os leo.

3 comentarios:

Tadeo dijo...

Si Ros gana, Ham se va a Ferrari, es decir, Ros tiene prohibido ganar mientras no se solucione el tema contractual, después ya veremos.

Una vez firme, y se mantenga a Ferrari a un larguísimo segundo, todo valdrá.

Saludos

GRING dijo...

Fantástica la comparación con la magia. Me parece que este espectáculo es precisamente eso: magia en la que la gente solo ve lo que el mago quiere que vea. Lo que ya no tengo tan claro son las razones en este caso en concreto. La propuesta de Tadeo todavía no la compro;no consigo encajarlo en mi marco de creencias formuleras.
Un saludo!

Anónimo dijo...

Quizá Rosberg se ha olvidado de conducir o quizá sabe algo que no sabemos los demás.
Quizá Ham bien asesorado por su amigo Bernie sabe que el tiempo de Mercedes se agota y espera mientras que llega la siguiente ola.
Quizá por eso se empeñan algunos en renovar a Kimi con tanta prisa.
Quizá alguien ha pensado que las audiencias reventarán rememorando duelos Ferrari vs Mclaren o con Hamilton en el mismo equipo que Vettel o Alonso.
Quizá toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

Saludos
Sr.Polyphenol