viernes, 22 de agosto de 2014

¡Corre, Max, corre!


No entiendo nada o mejor dicho, no alcanzo a comprender cómo el paso del tiempo puede ser tan generoso conmigo, ya que después de llevar años señalando lo mal que íbamos porque en la zona baja de la parrilla se abundaba en la subasta de habitáculos, hoy me he dado de bruces con que muchos de los defensores de la figura del piloto de pago porque siempre los ha habido, decían, se han rasgado las vestiduras en público porque Max Chilton a base de pelas, ha recuperado el sitio que le había quitado talonario en mano, Alexander Rossi...

He leído incluso aquello de que queda feo... ¿Feo? ¡Demonios, qué finos nos hemos vuelto!

Si el argumento para justificar que Esteban Gutiérrez, Pastor Maldonado, Kamui Kobayashi, Marcus Ericsson o incluso el mencionado Max Chilton, pasaba inevitablemente por asimilar como normal el dinero que tienen todos ellos a sus espaldas y el consabido siempre han ocurrido estas cosas, el asunto se nos ha venido abajo en Spa-Francorchamps porque las penurias económicas entre los equipos pequeños florecen como margaritas en mayo en un entorno que pareciendo viable, no da para que subsistan los más desfavorecidos pero sí para que a Bernie le guste el capitalismo, y le sobren además 100 millones de dólares con que quitarse un marrón de encima, como quien oye llover.

Concurren otras circuntancias que salpimentan más estos sucesos. Chilton argumentaba oficialmente hace unas horas, que dejaba su puesto voluntariamente para ayudar a Marussia, pero se ve que alguien mentía o que el británico se lo ha pensado mejor, bien porque ha conseguido ablandar el duro corazoncito de su padre, don Grahame David Chilton, o bien porque con el aliciente que supone que un neonato Max Verstappen reviente de un golpe el programa de jóvenes pilotos de Red Bull y se ponga en Toro Rosso porque ir en bici es más peligroso, ha considerado como asequible aquello de que más se perdió en Cuba.

El caso es que la historia de Alexander Rossi como piloto serio de F1 ha sido tremendamente breve, tanto que quizás no llegue a ser contemplada en las estadísticas que nos dicen ante quién arrodillarnos y ante quién no. 

Un suspiro ¡oiga! El americano del norte y probador de Caterham hasta el Gran Premio de Hungría —espero que le prorroguen el contrato después de esta tontada—, ha cumplido el trámite de dar unas vueltas por la mañana en Spa con su recién estrenado Marussia en un sí es no es, y ahí se ha terminado todo. Chilton ha puesto más dinero sobre la mesa y voluntariamente se queda con el volante —se presupone también que por seguir ayudando a la rusa, of course!—, usándolo en los libres de la tarde y si Dios no lo remedia, con posibilidades de seguir manejándolo desde el Gran Premio de Bélgica hasta el de Abu Dhabi/Abu Dhabi, que para eso la prueba del emirato puntúa doble.

Gana el mejor postor, quien más pasta tiene, y fin del cuento. ¿No era normal todo esto?, pues asumámoslo como positivo o en su caso, dejémonos de monsergas si no nos gusta. Chilton 1 - Rossi 0. Gana la banca, como de costumbre.

Os leo.

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