viernes, 17 de enero de 2014

Instinto básico


Algo hay en estos especímenes que adornan el paddock que los hace inmunes al desaliento. Vuelve Ron Dennis, para buena parte de la afición española, paradigma de la estulticia durante 2007 pero al fin y al cabo, para casi todo el mundo con dos dedos de frente, el hombre que puso a McLaren en el firmamento de las escuderías en las que hay que fijarse.

No me cae bien, lo sabéis de sobra, lo que no evita que incline la cabeza en señal de respeto ante uno de esos tipos que no se doblegan ante nada ni ante nadie, que viven en las sombras alimentándose de los rayos de luz que acumularon cuando habitaban el lado luminoso de la vida, que no ceden así los maten, que fueron tallados de una pieza y de una pieza hay que contemplarlos, so pena de arriesgarse a perder algo que podríamos echar en falta más temprano que tarde.

La noticia saltaba ayer tarde y las redes sociales se convertían inmediatamente en un hervidero difícil de contener. Hasta donde he podido llegar con mis pocas fuerzas, Dennis no va a solapar o eclipsar a Whitmarsh pero desde su nueva posición, podrá hacerlo cuando le venga en gana.

Ya hemos comentado un montón de veces que Woking se enfrenta a un año extraño y seguramente difícil. Vinculada por contrato a Mercedes-Benz durante 2014, su alianza con Honda para 2015 siembra de dudas el futuro inmediato de la escudería más laureada después de Ferrari y aquí, si no me equivoco, encaja el bueno de Ron para sentar su cátedra y proteger el imperio en una de sus etapas más vulnerables.

A pesar de que nos frotamos las manos porque en unos días comenzaremos a ver los nuevos monoplazas y en apenas unas jornadas más empezaremos a verlos circular sobre el trazado de Jerez, si no a todos al menos a la mayoría, la auténtica guerra ha comenzado y las primeras divisiones ya han sido desplegadas.

Ecclestone mantiene su cetro en el día a día, dicen, pero abandona el consejo de administración y el CVC cambia de manos y ahora serán Peter Brabeck-Letmathe y Donald Mackenzie quienes firmen los papeles. En sentido estricto nada parece haber sido modificado con el caso Gribkowsky pero en el lenguaje de los escualos, este asunto en apariencia menor sirve en bandeja la posibilidad de un golpe de estado que por aquello de ser sinceros hay que decir que lleva largo tiempo siendo gestado, un cambio de fuerzas, en definitiva, que vienen reclamando desde Montezemolo al último gorila que pretende una mayor cuota de reparto en el goloso pastel económico cuya excusa se llama Fórmula 1.

Si no me fallan las cuentas, apartado Bernie surgirán otra vez Murdock y sus huestes con el objetivo de hacerse con el control de CVC Capital Partners (ya lo intentaron en 2011), y aquí entran de nuevo Dennis y su experiencia. McLaren no puede desperdiciar la oportunidad que se le brinda en bandeja de plata. Tiene la obligación de garantizar sus opciones más allá de las finas lindes que supone un calendario de carreras, un puñado de victorias o incluso un título, y Ron es el hombre adecuado desde que a comienzos de los ochenta del siglo pasado se hiciera con el sueño de Bruce para llevarlo a lo más alto.

Decía al inicio que hay algo en estos especímenes que adornan el paddock que los hace inmunes al desaliento, y lo podríamos definir como instinto básico, algo totalmente imprescindible si queremos entender cómo juegan los tiburones.

Nos leemos.


1 comentario:

GRING dijo...

Yo lo definiría de forma más rápida y directa: Un perfecto hijo de la Gran Bretaña. Es un especímen de otro tiempo ya pasado que en este siglo del que llevamos ya 13 años gastados ha demostrado una falta de resultados y de tacto que lo único que han conseguido es ensombrecer poco a poco el nombre de un equipo mítico.¿Alguien cree que no estaba moviendo hilos desde las bambalinas?.Qué curioso que cuando a todos nos quieren vender el maná de la jubilación estos monstruos sagrados no se van ni con agua caliente...Política, economía,grandes empresas,...
Un saludo