domingo, 30 de junio de 2013

Paul Rochard Hembery


Hoy hay una persona que ha mudado de aspecto facial para convertirse en un enigma engabardinado y con sombrero que devuelve preguntas a quien le pregunta, que propone interrogantes a quien le interroga, en definitiva, que debería haber dimitido pero pedirá que dimita a quien se lo insinúe siquiera.

Es tarde y estoy dinamitado por dentro y por fuera. Cansadiño, que diría aquél. Pero no quiero meterme en la cama sin antes haber visitado a este fantasma del que estoy hablando, capaz él solito de haber obrado el milagro de que este deporte que tantas veces ha pasado por ser anglosajón de pura cepa a pesar de su raíz eminentemente francesa, sea hoy una casa de citas alemana en la que nadie sabe nada pero todos saben algo, en la que no cabe hacer preguntas porque te las devolverán a la cara como salibazos.

sábado, 29 de junio de 2013

The dambusters


La Fórmula 1 tiene mucho de guerra. Es algo que me apasiona porque se avanza lo mismo adelantando tus líneas, que haciendo que retroceda el enemigo. ¿Pinta mal Ferrari en Silverstone? Pues yo le doy la victoria a Fernando, o en el peor de los casos, el segundo cajón del podio tras Webber.

¿Cómo se puede vencer a Vettel? Ni más ni menos que ahorrándote una parada y amparando el invento en un formato de sortilegio que no se sostiene. A ver, si la de Maranello va tan mal como afirma desde el último mecánico hasta el propio Nano, lo suyo habría sido sufrir lo indecible en la Q3 y no quedarse en el box jugando a la ruleta rusa para proteger un juego de neumáticos que harán falta si mañana, la estrategia a dos paradas requiere una salida «B».

Seb y su careta #VdeVendetta


A falta de poder amarlo como quisiera, amo a Seb incluso en sus incongruencias, aceptando que es un chaval que podría haber sido otro, pero que lleva un camino que marcaron otros por él que repruebo con toda mi alma... Ironías aparte, ya que es el tricampeón más joven de la historia y debería tener más cuidado con lo que dice, Seb se ha referido a Lewis, poleman en Silverstone para mañana, en los siguientes términos: «debió encontrar un atajo o tiene algo especial en esta pista».

Lewis ha encontrado en el circuito británico los mismos atajos que ha encontrado él, Seb, en otros trazados y tiene algo especial con Silverstone, como Seb encuentra su lugar en el mundo en otras cuerdas diferentes al antiguo aeródromo de la R.A.F., de manera que la gracieta (me juego la mano con la que escribo y dibujo a que simplemente era una chanza de colega a colega), supone uno de los muchos despropósitos verbales del de Hepennheim porque él, Seb, no es el ombligo del mundo, ni los que le ganan lo hacen por arte de magia.

Dios protege a los locos


Mi simpatía por Mark Webber viene de lejos. Se empañó un poco, es verdad, con aquel guiño que le hizo al chiquillo, cuando en 2010 le habían sacrificado en Abu Dhabi por el bien del deporte y la competitividad. Sospecho ahora que él, más ingenuo que yo, sin duda, pensaría en aquel instante que con su inmolación se había ganado un lugar en el paraíso de Marko, sin saber que el austriaco, el ganador de Le Mans 1971, no habita en ningún cielo ni cuando va de potes y pintxos por Donosti y Bilbao con su pupilo.

Mark se ha ido quemando lentamente a la par que lo hacían sus ilusiones. En 2011 le vimos triste y en 2012, el australiano se deshacía en nuestras manos como el dulce de carbón que regalan los Reyes Magos a los niños malos cuando es insistentemente sobado…

jueves, 27 de junio de 2013

Tiempo, síntomas y aspirinas


Fernando es consciente de que se le va acabando el tiempo. Con aquellos puntitos en el zurrón que perdimos tontamente en Malasia y de manera más idiota si cabe en Bahrein, a lo mejor el tiempo que queda para el final de temporada sabría a esos días que sin entender muy bien por qué, duran 36 y no 24 horas, pero lleva razón el asturiano: Ferrari está rozando el descuento y tiene el deber de luchar por la prórroga, y luego los penaltis si hace falta.

De momento, McLaren ya ha anunciado que se concentrará en breve en el MP4/29 del año que viene, en lo que viene a ser una decisión bastante razonable, visto lo visto cómo le ha ido a la de Woking esta sesión que va a estrenar su octavo episodio este próximo fin de semana. Vamos, que los británicos se han quedado sin tiempo y lo que es peor, ni siquiera han disfrutado del que han tenido entre manos… En fin, siguiendo el guión previsto, la siguiente en tirar la toalla será Mercedes AMG. Quién sabe si no lo anunciará en Silverstone mismo (me extrañaría) o esperará a Nürburgring para mantener a Lewis como esperanza ante el público de los patrones, los que mandaron a Ross a tomar la colina de la hamburguesa, la 837 ante el Tribunal Internacional de la FIA, pero seguro que para Hungaroring ya hemos despejado también esta duda.

lunes, 24 de junio de 2013

El extraño caso de...


Como en los seriales antiguos, incluso en las obras de Agatha Christie o Arthur Conan Doyle, podríamos hablar del extraño caso de… los monoplazas que corren más con la aerodinámica dañada.

El último representante de esta enigmática y emblemática saga de ejemplares paranormales, forteanos, como diría Iker Jiménez, es el RB9 de Mark Webber, vehículo que tras perder una parte importantísima de su alerón delantero, concretamente la que reparte la baraja de los flujos frontales, el endplate izquierdo para más señas, no sólo no bajó de rendimiento sino que ahí anduvo, bregando a toda máquina, sosteniendo a Fernando hasta que el asturiano lo rebasó finalmente con su F138.

domingo, 23 de junio de 2013

Un pétalo de rosa en Tertre Rouge


No me acostumbro a que los pilotos mueran. Ayer, cuando supe que Allan Simonsen había fallecido se me puso mal cuerpo, y hoy, cuando más apremiado que otros años he podido acercarme sólo a ratos a las 24 Horas, no he dejado de sentirme raro y desganado.

Escribo pronto esta tarde porque no quiero parecer el aguafiestas de turno. Sé que para dentro de unas horas toda Internet estará recordando a Allan, más que ayer si cabe. Quién más y quien menos lo aludirá como estoy haciendo yo mismo, mientras se reseña una carrera dura, tal vez la más dura del mundo, que este año ha quedado coronada por la tragedia. Nos dirán que Simonsen murió haciendo lo que más le gustaba, que va en el sueldo de todo piloto, que resultaba impensable. Unos acusarán a la seguridad del circuito y otros la declararán inocente, o reclamarán mayor seguridad en los coches GT frente a la en apariencia todopoderosa tecnología que rodea a los prototipos. Se hablará de error humano o de fallo mecánico; todos al unísono, lamentarán (lamentaremos) la irreparable pérdida del piloto danés del Aston Martin número 95...

Ross el emprendedor


Según los parámetros de la chirriante neolengua que utilizan quienes nos gobiernan, la figura de Ross Brawn encajaría en ese término tan pintoresco que define a las fuerzas de choque de los mercados: emprendedor, un tipo de personaje duro y curtido en mil batallas al que no hace falta ni darle medallas siquiera, que no llega a empresario aunque dejó de ser trabajador por cuenta ajena para convertirse en esclavo de sí y de su propio trabajo, digno representante de una clase media que anda tal que ahora en caída libre, pero que en algún momento desplegará el paracaídas para gritar Smells like victory! en cuanto pose los pies en el suelo sin haberse roto las piernas.

La economía tiene mucho de bélico en sus turbias entrañas. El arte de la guerra del maestro Sun Tzu se recomienda en las escuelas de negocio (para que luego digan que los de letras no servimos para nada), y aquí que veo a la cabeza visible de Mercedes AMG como un perfecto coronel, un hombre que tiene mando en plaza pero depende de las ideas de los que sin salir de sus despachos, definen las estrategias y qué colina hay que tomar. Un individuo incómodo que jamás llegará a general porque el mucho polvo que acumulan sus botas le impide pisar sin manchar, las finas alfombras de los santuarios del poder. Un personaje, en definitiva, al que este tipo de cosas le importan un pimiento, pues se tiene a sí mismo y la lealtad de las tropas que manda.

jueves, 20 de junio de 2013

La suerte del agua


Todavía es pronto para concretar más, pero lo cierto es que hay una cierta previsión de agua sobre el circuito de Silverstone para el fin de semana en que se disputará el Gran Premio de Gran Bretaña, léase: dentro de 9 días.

El agua acarrea ciertos problemas pero tiene sus notables virtudes, unas más nobles que otras, sobre todo en la Fórmula 1 moderna, ya que supone un terreno abonado para que por encima de las máquinas veamos la capacidad de los hombres que las conducen. Ocurrió en Canadá hace una semana y media, bueno, casi dos, cuando Valtteri Bottas sobre un FW35 que falla más que una escopeta de feria, logró colarse en la Q2 y terminar la Q3 en tercera posición, por detrás de Sebastian Vettel y Lewis Hamilton y por delante de Nico Rosberg y Mark Webber.

miércoles, 19 de junio de 2013

Y yo, que te quiero tanto


No me cansaré de repetirlo, pero esta temporada es una de las peor planificadas que recuerdo. Por un lado tenemos lo del año puente, un intermedio entre 2012 y 2014 que por falta de previsión de la FIA, se ha convertido en un estiramiento del año pasado que dará de sí lo que dé, a la espera eso sí, de que unas escuderías u otras decidan que hasta aquí hemos llegado, y que toca meterse en faena con el coche del año que viene. Y por otro, y no menos importante, los agujeros en el calendario, que son tan abundantes que entre carrera y carrera cabe narrar una pretemporada completa.

Así las cosas, si ya resultaba bastante indigesto el mes de vacaciones que se mete la parrilla por aquello de ahorrar en el chocolate del loro en mitad de verano, esta sesión no hilvanamos mes sin desierto, y esto que digo, lleva pareja la afloración de cualquier chuminada que al poco es elevada a rango de razón de estado con la que los aficionados de uno u otro bando (siempre hay bandos, incluso en ésto), juegan a darse mamporrazos dialécticos por ver quién lleva una razón que en el fondo, no lleva ninguno o la llevan todos.

martes, 18 de junio de 2013

Seguiremos informando


La Fórmula 1 no cambiará nunca. Desde que comencé a escuchar hablar de todo esto, no he dejado de vislumbrar como telón de fondo la sombra de la duda. Algo me dice que es así desde tiempo inmemorial y que ya parece tarde para cambiarlo porque rozar el reglamento —los anglosajones son muy finos con este tipo de cosas como para llamarlas por su nombre—, más que una costumbre, es una tradición inquebrantable y por otro lado totalmente lógica, ya que si la normativa tiene huecos, es razonable pensar que alguien se pondrá la linterna y el casco de espeleólogo para explorarlos.

No voy a echarle la culpa a la FIA, que sin duda la tiene, porque entre la egregia institución y Pirelli llevo camino de avinagrarme del todo, pero el problema que ha surgido a cuenta de que el RB9 del aussie trazó unas rodadas intermitentes sobre el asfalto del Gilles Villeneuve (lo que podría delatar la existencia de algún tipo de control de tracción en el coche), no me parece dato suficiente como llamar tramposos a los de Milton Keynes, aunque sí tal vez un poco demasiado espabilados, ya me entendéis.

lunes, 17 de junio de 2013

El hombre que inventó la Fórmula 1


Os echaba de menos, vaya por delante, y a pesar de que llevo un montón de horas levantado he preferido escribir un rato antes de acostarme, y no es que no me tire el cuerpo a la piltra sino que hay días, como hoy, que siento que hay que celebrarlos aunque sea a deshoras, sencillamente porque me da la gana.

Voy abriendo cordada. Me duelen los dedos y las muñecas pero en plan sano. Podríamos decir que estoy rendido pero en plan sano, que sueño terminar pronto con un montón de cosas, pero en plan sano. Total, que me he servido un vaso de whisky y he llenado reposadamente la primera pipa que voy a fumarme hoy sin prisas, que me estoy fumando de hecho, todo en plan sano, muy, muy sano, y aquí estoy, tecleando a las tantas, como hacía cuando el vapuleo diario se me olvidaba escribiendo sobre una de esas pequeñas pasiones con las que aún disfruto aunque a veces lo haga a regañadientes.

jueves, 13 de junio de 2013

How fortunate the man with none


Tras el cambio que Pirelli sometió en Barcelona a sus compuestos más duros —«Después de evaluar el rendimiento del neumático en las cuatro primeras carreras hemos tomado la decisión consultando a los equipos de cambiar el neumático duro del GP de España hacia delante, tal y como hicimos hace dos años también en Barcelona, donde introdujimos un nuevo neumático duro para el resto de la temporada.»—, Lotus debería haber desaparecido del mapa si no fuera porque una gélida escarcha se empecina en llevar el volante de uno de sus vehículos.

Escuchar How fortunate the man with none, el poema de Bertolt Brecht rasgado en la voz de Brendan Perry, mientras pienso una vez en más en Kimi, me lleva a recalar de nuevo en esas cosas que hacemos más allá de nuestras responsabilidades, cuando el sentido común nos recomienda dar descanso al cuerpo y la mente, cuando nos susurra al oído ¡basta, amigo, basta! y sin embargo, preferimos hacer oídos sordos a sus sabias palabras, para desplegar nuestras plumas negras y atrevernos a acariciar con sus puntas la frialdad de los riscos que nos amenazan desde la más profunda oscuridad para castigarnos por ser libres.

martes, 11 de junio de 2013

El 2 a 72 ppi


Lo que más odio de las victorias de Sebastian son las inevitables referencias posteriores al vapuleo que le ha metido a su compañero. ¿Qué se espera de Mark, que dispute al niñato de Helmut alguna migaja, que rebañe las sobras del plato, que asuma per secula seculorum que jamás será beneficiado ni por la Multi 21 ni por la Multi 32…?

El aussie forma parte imprescindible del atrezzo del tricampeón del mundo como la chistera sirve a un mago o a un ventrílocuo. Si no fuera así, Milton Keynes, por tres años consecutivos campeona del mundo en pilotos y constructores, habría sustituido al australiano por un piloto al alza. Sergio Pérez, el mismo Hamilton, Nico Rosberg si nos ponemos. Dólares no faltan en la gruta del ogro, así que no resulta digerible que el modelo a seguir continúe empeñada en mantener a Mark en nómina a pesar de que como decía al principio, cada vez que triunfa el de Hepennheim, sale Webber a la palestra en plan comparativo.

lunes, 10 de junio de 2013

Stupid white men... [Montreal]


No os molestéis demasiado en buscar la pista musical que llevo puesta en la oreja ahora mismo. Es rara y pertenece a la película Dead Man, y la he elegido precisamente porque ayer falleció un comisario anónimo en el circuito Gilles Villeneuve, a quien me habría gustado dedicarle estas líneas, circunstancia que no puede ser porque la FIA no ha revelado su sombre. Y lo malo es que sospecho, lo confieso, para qué negarlo, que la Federación no ha desvelado un asunto tan crucial como llamar a un ser humano como le llamaban en casa, o como se referían a él sus vecinos y amigos, no porque quiera mantener un forzado respeto, sino porque sencillamente no lo sabe.

Un papel que se pierde, una tontería de ésas que pasan, y un tipo que se llamaba Andy, por ejemplo, pasa a llamarse John Doe y a cubrir a renglón seguido una gélida casilla en el apartado correspondiente de la estadística de fatales accidentes inevitables que salpimentan todo esto...

sábado, 8 de junio de 2013

Si es de venir, ¡vendrá!


Por suerte no vivo la Fórmula 1 las 24 horas del día sino que la bebo a poquitos, sabiendo que hay sorbos que saben a lo que saben y otros, que literalmente te empapan de gloria.

Hoy ha sido un día de esos en los que me lo he pasado como el castor de arriba, que aunque parece algo enfurruñado, en realidad está extrañado de que a Nira le montaran un pifostio por andar en sandalias por el paddock y hoy hayamos podido contemplar con nuestros propios ojos, lo modelnas y seguras que deja la FIA que vayan algunas comisarias canadienses, con rastas amarillas y un gorrillo de hacer ¡búh! a los chiquillos en los cumpleaños. 

viernes, 7 de junio de 2013

¡Llueve, Charlie, llueve...!


Iba a meterme a la cama pero he recordado que a los días duros hay que darles una patada en salva sea la parte antes de conciliar el sueño, así que al menos voy a intentarlo.

No lo es, pero hagamos como que la excusatio non petita con la que he abierto el fuego era un simple recordatorio a Charlie (Whiting) para que avise a Bernd de que este fin de semana seguro que tiene trabajo en el Gilles Villeneuve, no sea que por no estar avisado ocurra como en Mónaco, que el Safety Car tardó en salir prácticamente cuatro vueltas completas a la ratonera de Grace Kelly, lo que nos pone en que entre pitos y flautas, si hacemos caso a lo que nos dijo Pirelli en Sakhir, con la porquería que había desperdigada sobre el asfalto, habría dado tiempo suficiente como para dos parrillas y media al completo hubiesen destrozado sus neumáticos o hubieran acabado contra las protecciones, o que ocurriera cualquier otra cosa, peor sin duda, porque la escapatoria de Santa Devota estaba hecha un cisco.

Una página en blanco


Esto de que la Fórmula 1 haga las américas entre Mónaco y Silverstone tenía que tener sus cosas buenas, porque por primera vez en lo que llevamos de sesión, en esa manía que tiene nuestro planeta de girar hacia el oriente hemos tomado la delantera al calendario de Bernie. En fin, es viernes, los entrenamientos libres se celebrarán esta tarde y todavía hay tiempo para echar unas letras sobre una carrera que hay que coger con guantes, el Gran Premio de Canadá, ya que los neumáticos de Pirelli siguen estando señalados como gomas bomba, hasta el punto de que Paul Hembery, que por estas mismas fechas sabía el año pasado qué iba a ir bien en el neonato Austin, no se atreve a pronosticar ni tanto así qué tal responderán los compuestos de su empresa.

Comprendo al británico. El Gilles Villeneuve es un trazado exigente porque se va en él a toda leche, no como en el Principado. En fin, el caso es que la canadiense es una de las pruebas que menor feeling me produce. ¡Ni castores ni leches! a mí, Canadá me sabe a nieve, a frío y a ventiscas, y si estiro la cosa, a Wendigo mismamente, en todo caso a una cosa bien diferente a lo que nos da Montreal con su solecito primaveral. Pero aquí estamos y como decía el otro día, a la espera de que en el G.P. de Gran Bretaña Red Bull vuelva a sentirse cómoda (¡ejem!), nos toca sufrir otra carrera de esas en las que resulta complicadísimo hacer quinielas.

jueves, 6 de junio de 2013

¡Señoritas, al salón!


A pesar de que en apariencia resultaba absolutamente absurdo que la FIA hubiese iniciado una investigación sobre Ferrari a cuenta de las pruebas realizadas en abril con Pirelli, utilizando para ello un F150th Italia de 2011, la cosa tiene su miga porque a pesar de que en los circuitos la egregia institución no da una a derechas, en los despachos se mueve como pez en el agua.

Alta política, que dirían algunos, en todo caso, la aparente sandez de meter a la de Maranello en el mismo saco que la de Brackley, bien mirado podría resultar una maniobra encaminada a colocar a Mercedes AMG ante el cadalso de cartón piedra sin que nadie pueda cuestionar nada.

miércoles, 5 de junio de 2013

En casa del pobre...


Lamentablemente, salvo que te dediques a la política o te apellides Rosell, los cambios de tendencia se observan a lo largo del tiempo y no en cuanto parece que asoman las orejas, y en caso de anunciarlos siempre cabe acogerse a sagrado, no ocurra que sean tan sólo un guiño malicioso de la coño estadística.

Algo de esto le lleva ocurriendo a Williams desde hace demasiadas temporadas. Siempre parece que va a resucitar a comienzos de sesión y siempre acaba por los suelos cuando ésta termina. Unas veces ha sido por los pilotos que han conducido sus coches, otras por la motorización elegida o por el dinero que venía, incluso la de Grove ha disfrutado de un supuesto cambio de tendencia haciendo juegos malabares con el piloto, el motor y las pelas (¿os acordáis de un Senna que no era Ayrton sobre un Williams-Renault?).

domingo, 2 de junio de 2013

Bad company


Sobre piso mojado, son las reglas que te has impuesto las que te sujetan al suelo, las únicas que valen. Empieza a echarse la noche sobre Gorliz y dibujo mis futuros asequibles en el silencio del estudio, como quien bucea en el horizonte de eventos de un agujero negro. Todo por perder, de nuevo, otra vez, una más. Todo por ganar, con un universo nuevo como premio, a cambio de alcanzar a dar con la punta del dedo en la tecla secreta que da la vuelta al calcetín.

Los fines de semana tomaban hace nada nuestro pulso, ahora, empero, parece que se limitan a mantenernos con vida. Hubo un tiempo no muy lejano, recuerdo, en el cual los findes eran aprovechados por los de la parrilla para pasar a limpio lo que no habíamos dicho los otros días, pero el cronómetro corre para todos por igual y hoy por hoy, como digo, jalonan nuestra capacidad de renuncia, nuestro cansancio, como esas Q2 o Q3 que se disputan reservando gomas para el domingo. Nadie entona el cagon tó me cago mítico, nadie trollea por meter el dedo en aquel sitio, ni siquiera asoma Martín para susurrarme por radio que la trazada ha sido buena... A cambio, Miguel me tira de las orejas para decirme que en otras ocasiones habría sacado el AK-47, pero ¿a quién disparas si todo el pescado está vendido?

La soledad del poeta


Con Mónaco desvaneciéndose lentamente a mi espalda, con Canadá asomando las orejas en el horizonte, empapado todavía por el barullo montado a cuenta de quién y quién no hizo pruebas ilegales, amorales, antideportivas, oportunistas o sagaces, aprovechando la mano abierta tendida por Pirelli en aras de resolver sus propios problemas que a la postre son los de toda la parrilla, nos metemos como quien dice en verano y en poco, o en nada según lo miremos, nos situamos ante esa obra maestra del mundo del motor que responde al apelativo de 24 Horas de Le Mans, epopeya que podría haber firmado el propio Homero.

Vehículos dispuestos a dejarse lo que no tienen sobre el asfalto con tal de aguantar lo que les echen. Pilotos que sudarán tinta o sangre por llevar sus máquinas a la línea de meta, cuidando mecánica y neumáticos siempre para ser más veloces que sus rivales, apretando ahora para descolgarlos, yendo ahora al filo para que revienten en un todo vale en el que lo único que cuenta, es llevar el cacharro entero a la bandera de cuadros y a poder ser en primer lugar...

2012 bis


En unos días nos plantamos en el circuito Gilles Villeneuve de Canadá para representar el séptimo acto de esta temporada cargadita de anomalías kafkianas. Ya lo he comentado alguna otra vez, ésta sesión está viniendo a resultar un tanto excesiva, pero por un lado, cabe decir que no quedará en la historia de nuestro deporte como la única empañada por el ir y venir a los despachos y el consiguiente y abundante ruido de fondo originado, y por otro, que tampoco deberíamos llevarnos las manos a la cabeza porque está respondiendo milimétricamente a una pésima planificación que no ha contemplado en ningún momento, que la importancia de los cambios que sufrirá El Circo el año que viene y los problemas económicos derivados de la crisis, iban a pasar factura como lo están haciendo.

En este orden de cosas, la elongación por parte de las escuderías del planteamiento técnico que sirvió durante 2012, nos está permitiendo ver prácticamente los mismos vehículos que vimos el año pasado, con la particularidad de que este escenario replicante ha penalizado particularmente a los equipos que habían apostado por jugársela un poco, que han visto así cómo sus expectativas se han convertido en agua de borrajas porque como se dice vulgarmente: no estaba el horno para muchos bollos.