sábado, 26 de enero de 2013

La banda de Möbius


Me duele todavía la cabeza, pero escribir me relaja. De manera que sin saber muy bien por qué o evitando darme cuenta, en fin, con el gripazo todavía a cuestas, he buscado refugio donde siempre lo encuentro, aquí, frente al teclado y la pantalla, intentando dar salida a lo que quieran mis dedos en este final de mes de enero que hace de preludio de una temporada que sabe más a formulacuándo que a formulaqué, por aquello de que nos enfrentamos a una sesión en cierto modo de pasapalabra.

En principio sabemos todo lo que hay que saber porque entre el poco maquillaje que hay esparcido sobre el escenario, 2013 al parecer sólo añade un dígito a 2012 a la espera de que lleguen 2014 y sus presuntas revoluciones. El caso es que hay poco, muy poco por no decir nada, a lo que acogerse para llenar unas miserables líneas, hasta el punto de podríamos decir que si afinamos el oído, sería incluso posible escuchar en la lejanía a Bernie disfrazado de bruja de Blancanieves, tocando el violín y entonando una nana para que sigamos dormidos hasta que el rugido de los motores en Jerez nos despierten.

Sea como fuere, mientras dormía mi sueño griposo de estos últimos días, confieso haber visto a Mercedes AMG descubriendo su vehículo para este año, aunque a la postre, bajo el paño negro que lo ocultaba ante los ojos de la prensa y los aficionados, surgía un McLaren MP4 veintitantos… Un tiro de coche que podría haber sido firmado por la de Woking.

Lo admito, la fiebre y el dolor de cabeza no parecen los ingredientes más idóneos para elaborar conjeturas adecuadas a los momentos que vivimos, en los que amén de hilar muy fino conviene cogérsela con papel de fumar antes de tirarse a la piscina, pero no me digáis que los últimos movimientos vividos en Brackley no suenan a un intento desesperado por retomar una historia que todos pensábamos que ya estaba restañada del todo.

Sí, lo sé, aposté porque Brawn estaba intentando clonar la estructura de Maranello que arrasó durante bien entrada la década pasada, y aunque advertí que la cosa se presentaba muy cuesta arriba, ni por el forro imaginaba que la salida propuesta por la de la estrella de las tres puntas para esta próxima temporada, pasara por abordar de nuevo el asunto McLaren y darle vidilla propia sin Haug, sin Schumacher, y sin Dennis, of course!

Hamilton ha pasado en unas semanas de ser un tipo herido en su amor propio, a posicionarse como un tío listo, como un firme candidato a lo que sea en una aventura que conforme pasan los días va tomando más y más consistencia. Eliminados los escollos humanos y técnicos, Mercedes AMG está mostrando que ha puesto su diana en la historia inconclusa que pudo ser y no fue en manos de un british establishment corto de miras, que a la postre lleva más de una década sin comerse un colín, para retomarla y tomársela en serio. Faltan las pelas, obviamente, pero a diferencia de la otra, de la reciente historieta de TBO, esta vez doy por seguro que Daimler no va a escatimarlas con tal de quitarse el lamparón que mancha su mono de trabajo tras estos tres últimos años firmados en negro.

Bien mirado el asunto resulta alemán de pura cepa. Un Blitzkrieg como otro cualquiera. Un Rhin para arriba y un Rhin para abajo. Un anillo de los Nibelungos y tal, un Walkirias cabalgando desmelenadas. Un pulso asequible ante Audi y BMW. Un os vais a enterar prusiano con sabor a Entente de comienzos de siglo pasado…

No me encaja todavía la figura de Ross, pero los sueños griposos tienen lo que tienen, que sólo dan para visualizar una banda de Möbius en perpetuo movimiento. Un fin que es también un comienzo, un ardid que supone la razón de la estructura misma. Una forma de entender el universo sin atender a sus límites, sólo a su movimiento. Un escenario en el cual sólo he sido capaz de entresacar durante el duermevela febril, que Lewis puede haber acertado de pleno.

Os leo.


1 comentario:

Tadeo dijo...

Jose he trabajado con alemanes, ingleses, franceses, italianos, portugueses, austriacos y algún otro elemento de habla extraña más.

Con los únicos que no congeniaba era con los alemanes, el resto ponía toda la empatía de la que eran capaces para que la cosa saliera bien. En el caso de los alemanes ni poniendo tu la tuya y la suya llegabas a nada, bueno si a lo que el había dicho en el minuto uno.

Si hay alemanes de por medio, el resto como si no estuviera, quizás ese sea el motivo de la salida de Norbert "zampabollos" Haug.

Un equipo alemán, con dirección inglesa y piloto inglés puede pasar durante un tiempo como equipo inglés. Si los alemanes ven triunfos lo dejarán, pero al mínimo error volverán a lo que saben y el equipo se resentirá.

Acuerdate de BMW, lo tenían todo para ganar el mundial pero el alemán dijo que no le tocaba ese año sino el siguiente, y al final le tocaron los cogieron, ha desaparecido del universo formulero.

Saludos