domingo, 16 de diciembre de 2012

I wanna be loved by you


Soltemos a los perros de la guerra y hagamos que Marilyn cante para nosotros I wanna be loved by you, ya que se ve que algunos entre los que me encuentro, necesitamos que nos quieran un poco por tener el paladar lo suficiente fino como para haber detectado otro año más, que la cultura del winner & loser no va con nosotros.

A nadie le amarga un dulce y sería necio negar que de haber ganado Fernando, el mundo sería igual de imperfecto que habiéndolo hecho Sebastian, aunque sonaría a perfecto y nos permitiría fardar un poco más de lo que acostumbramos, pues es sabido que para la masa de entendidos a los que les ruboriza hacer el indio en público, es el de Oviedo y no el de Hepennheim quien ha firmado una temporada redonda.

Ha sido ver a Vettel de nuevo en lo alto, por tercer año consecutivo, y observar cómo los que negaban comprar adelantamientos como sinónimo de calidad se han echado a hacer cuentas y narrar hazañas incontrastables y extraordinarias con las que mitigar el dolor de haber triunfado de nuevo. Será por falta de datos o de tiritas, que diría aquél...

Se ve que perder diez puntos de un saldo de trece en la última carrera, disputada para más bemoles sobre un coche que ni habría soñado Colin, da para lo que da, para salvar los muebles y poco más, en una temporada que ni ha sido perfecta ni ha dejado de serlo, pero en la que con tanto triunfador solapado, al alemán se le ha atragantado algo, convencer, por ejemplo. Y es que ganarse el corazón de las buenas gentes con un misil es harto sencillo —tú vas delante y los demás detrás, vamos, que se te ve de sobra y lo suficiente como para que nadie ponga en duda nada—, pero hacerlo sobre un vehículo que ha ofrecido sus sombras y luces a lo largo de la temporada, precisa de manos, de arrojo, de nervio y de ese montón de cosas que distinguen a los mejores de los simplemente buenos.

Pensando mal, habría tenido su gracia que Sebastian hubiera estampado el morro de su RB8 contra las protecciones de Abu Dhabi cuando Daniel hizo un extraño tras el Safety Car, pero aquello según el señor Manel Serras entraba de lleno en su sana comprensión del concepto madurez, como debió ser una clara señal de lo mismo cuando el bicampeón por entonces se lió con Narain en Malasia, cargando las tintas contra el piloto indio hasta que a éste se le hincharon las narices o aquello, vaya usted a saber, y soltó lo de: uno no espera que un profesional se comporte como un niño llorón. También debió ser madurez lo visto en Silverstone, Hockenheim o Interlagos, por no mencionar lo maduro que resultó tomar las curvas en Buddh con el D-DRS abierto y las cuatro ruedas fuera de la pista. En fin...

Decía más arriba que la cultura anglosajona del winner & loser no va con nosotros, y aunque al parecer tampoco va con otros, con los que también mencionaba antes a cuenta de que no tienen pelos en la lengua para decir lo que piensan, sean de donde sean, la verdad es que lo nuestro es muy mediterráneo y lo llevamos en la sangre porque la tribu manda, y si en ella tiene su domicilio habitual el tipo que año tras año pasa por estar entre lo mejor de lo mejor sin tanto título, ni tanto coche arrasador ni tanta mandanga, a lo peor lo que les falla a los que estan haciendo ahora tantos números, es el catecismo.

Acabo de volver a ver el G.P. de Europa, y confieso que he visto la diferencia entre un semidios y un mortal. Perdonadme, he pecado y necesito por tanto mucho cariño y comprensión. I wanna be loved by you.

Os leo.

2 comentarios:

csm dijo...

La salida de pata de banco de Horner me ha sorprenido muchísimo. Ya tanto por el comentario como por quién lo emite. Horner siempre ha parecido parte más contenida que su antítesis Marko.
Quiero pensar que la burrada le ha salido en un momento de esos de exaltación de la amistad, del trabajo, del amor...esos momentos en que uno anda "chispado".

Newey ocupará sin duda, su lugar en la historia de la F1, pero me produce vergüenza ajena y hasta se me entoja una enorme falta de respeto compararle con el fallecido Chapman. Por favor, respeto.

Un besote

Anónimo dijo...

...pooh pooh bee doo!

:)

King Crimson