domingo, 27 de enero de 2008

El traje del Emperador


Abro esta entrada remitiéndome al cuento tradicional del emperador al que engañaron unos desaprensivos para que vistiera un traje inexistente que sólo los paladares más exquisitos podían apreciar —fue tan capullo en su soberbia, que por no desmerecer, se paseó en pelota picada por la capital del imperio para cachondeo de sus súbditos—, por enmarcar la última tontería de Hamilton.

Y es que mientras a Lewis le amparaba el paraguas abierto por Martin Whitmarsh a primeros de diciembre pasado, con el rollo de que ya estaba preparado para liderar al equipo, y que en Woking y otros santuarios de la escudería, todo el mundo estaba listo para ayudarle a ganar su primer campeonato de pilotos [El líder], el inglés se animó a afirmar que el mundial de este año era una cosa entre Kimi y él, y que se sentía encantado de compartir equipo con Kovalainen… incluso llegó a admitir que Fernando le había enseñado muchas cosas como piloto (¡qué buen chico el asturiano!).

Pero algo ha debido pasar con el paraguas de Whitmarsh (tal vez se ha roto) que ha obligado a Lewis a tomar posiciones con uno de sus habituales embrollos dialécticos. Así las cosas, anteayer pude leerle: «No quiero tener ventaja, ninguna preferencia, deberíamos ser un equipo y debería haber igualdad. Me gusta la justicia y quiero que Kovalainen tenga exactamente las mismas oportunidades. Si eso pasa y le gano, ahí estará la recompensa. Ser mejor que él con los mismos neumáticos, el mismo motor y los mismos datos te hace saber que eres un piloto mejor.»

Si no le conociéramos (que ya le vamos conociendo) podríamos llegar a la errónea conclusión de que está velando por los intereses de su nuevo compañero, rechazando de esta manera lo que algún malpensado podía entrever en las palabras de su jefe (Whitmarsh); pero como Heikki le ha tomado el pulso al MP4/23 en Cheste (dejando a Hamilton muy atrás, por cierto), y el resto del universo parece seguir su errático devenir sin contar con el británico, intuyo que lo del viernes era una advertencia, en toda regla, a su querida escudería del alma para que no se olviden en su interior de las promesas que una vez le hicieron, y que al parecer, de nuevo renovadas, le han llevado a firmar con ella hasta 2012.

¿Deberíamos ser un equipo y debería haber igualdad. […] quiero que Kovalainen tenga exactamente las mismas oportunidades?
¡Mon Dieu! ¿no era esa la filosofía inquebrantable de McLaren? ¿Ser mejor que él con los mismos neumáticos, el mismo motor y los mismos datos…? ¡Hum… los mismos neumáticos y el mismo motor! ¿porqué lo mencionará? ¿Los mismos datos? ¡Ay, lo que calla este muchacho!

Me temo que este año Hamilton ha visto las orejas al lobo y prefiere no tensar cuerdas porque si Dennis ha decidido comenzar a dar las mismas oportunidades a sus dos pilotos por ver lo que realmente valen, puede que al inglés se le haya acabo el chollo, porque o se pone las pilas sin ayuda de nadie, o se arriesga a vestir de transparente los próximos cuatro años.

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