domingo, 30 de septiembre de 2007

Bandera negra [Fuji]


Lo bueno de madrugar para ver un carrera es que para la tarde ya has podido escribir algo y antes de publicarlo te ha dado tiempo de buscar la imagen. Lo malo es que te levantas pronto para nada.

Vamos a ver, la distancia entre el primer coche y el último, en una parrilla, es de 85 metros, más o menos, y para conseguir la mejor posición en ella se dejan las pestañas y los riñones todos los pilotos durante la calificación. Si el domingo, verbigracia de un gilipollas (Charlie Whiting, el mismo que mandó salir la grúa en Alemania), la carrera comienza en la vuelta 19, y entre el primero y el último hay cerca de un kilómetro, la cosa aparece tan diáfana que hasta un imbécil podría verlo (si está por la labor, desde luego).

jueves, 27 de septiembre de 2007

Si Bruce levantara la cabeza (V)


Habíamos dejado a Niki Lauda perdiendo una maravillosa ocasión para haber mantenido la boca cerrada, cuando en Estoril 1984 le diría a su compañero: «no te preocupes, Alain, el año que viene lo ganarás tú, porque yo te ayudaré a conseguirlo».

La frase supone una maravilla semántica. Cualquiera que no sepa que en McLaren siempre ha habido igualdad de oportunidades para sus pilotos, y que estos siempre han sido tratados en equidad de condiciones, podría llegar a pensar que el francés le había ayudado ese año; pero como no había sido así (al menos directamente), con lo cual se podía intuir que en el triunfo del austriaco había gato encerrado, que lo había. En todo caso, expresa hasta qué punto Lauda es un hombre enormemente pagado de sí mismo, como veremos dentro de unos párrafos.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Huele a muerto


A mí me mola la FIA, ¡qué queréis que os diga! De mayor quiero ser la FIA porque imagino a cualquiera de sus integrantes entrando en un banco y veo a la peña levantando los brazos, y a los cajeros y cajeras soltando la pasta, sin puñetera falta de que los manuses mencionen la palabra atraco, ¿para qué?

Ya barruntaba yo que todo el rollo de cancelar la apelación de Ferrari, sustituyéndola por una nueva reunión del Consejo Mundial el pasado día 13, iba a ser una pantomima. Vale que le han metido un puro a McLaren, pero ha sido un Farias (con todos mis respetos) en vez de un Cohibas, que sería lo propio.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Si Bruce levantara la cabeza (IV)


Para 1984, Ron Dennis ya ha trasladado al equipo McLaren de su asentamiento original y primeros éxitos (Colnbrook, población a las afueras de Londres) a Woking, sede de la escudería Project 4 de su propiedad y su pueblo natal (de Ron, se entiende). Conociéndole como le conocemos ahora, cualquiera podría imaginar que aquello supone una frontal declaración de intenciones, como en el fondo es (la apropiación del legado de Bruce parece total, y el nuevo patrón tiene la necesidad de exteriorizarlo).

Después de haber renovado completamente su escudería, Dennis se siente preparado para dar respuesta a la enorme confianza que han depositado en él tanto Marlboro como TAG, intentando el asalto al campeonato del mundo de marcas y pilotos, pues dispone del vehículo que puede lograrlo.

martes, 18 de septiembre de 2007

Il diabolo rosso [Spa]


Alonso, en Spa, ha sacado ese destello de luz y de sombra que lleva dentro. Como resultado de una destilación largamente elaborada y sobradamente contrastado en una y mil batallas, ese puntito de equilibrio sólo está a disposición de unos pocos.

Hamilton atacaba en la salida como en Monza: por donde nunca se debe salvo que se lleve una ventaja que el domingo pasado (y el anterior) le estaba negada. No funcionó porque Fernando se había transformado en el ogro asturiano al que se remiten los idiotas que no entienden que lo que vale de un piloto es lo que hace sobre la pista, no lo dulce que habla, cómo luce en la pantalla, o cualquier otra zarandaja.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Dead or alive [Monza]


Que acabarían poniendo precio a la cabeza de Fernando estaba más que cantado, pero que metieran en el mismo paquete a Pedro Martínez de la Rosa llama a clamar al cielo (bueno, que los metan a los dos en este embrollo debería ser considerado delito, no digo más).

La revista alemana «Auto Motor Und Sport», que en su momento fue dirigida por Norbert Haug (representante máximo de Mercedes-Benz en McLaren), levantaba la liebre la semana pasada como por casualidad, culpando indirectamente a los dos pilotos españoles del cisco montado a cuenta de que Ron Dennis no tuvo mejor ocurrencia que afirmar que en su escudería nadie, salvo Coulhan, sabía lo de Stepney.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Si Bruce levantara la cabeza (III)


Que los años de declive de la McLaren de Mayer (en F1) coincidan con el despegue de la Project 4 (en F2), propiedad de Rondel Racing que a su vez pertenece a Dennis, cuando ambas escuadras compartían patrocinador y socio (Marlboro, Philip Morris), podría suponer una mera coincidencia, pero que Ron entrase a dirigir McLaren precisamente cuando ésta hacía aguas, podría animarnos a pensar que detrás de todo ello hubo una operación económica bastante bien orquestada, punto que aclararía por qué el patrón de McLaren es tan odiado por buena parte de los mandamases de la parrilla, que justificaría por sí sola que definiera al actual patrón de la escudería inglesa, en mi anterior intervención sobre este asunto, como «fundamentalmente un hombre de negocios» que iba a chocar de plano con la filosofía que nació en el seno de McLaren durante los 70, y de la que tanto alardea ahora.

Faltan datos y sobran sombras, lo admito, pero lo cierto es que justificaciones que amparen lo dicho surgen en cuanto echamos un vistazo al comportamiento de Ron Dennis cuando tiene las manos totalmente libres, es decir, a partir de 1982, momento en que la escudería consigue una cierta dosis de estabilidad y está listo el MP4 (auténtico buque insignia de McLaren durante los 80).

domingo, 2 de septiembre de 2007

Lewis Hamilton


Es guapo, más guapo que nuestro Fernando, y también es un poco más alto que él, y es calcado a uno de los actores de C.S.I. New York, y tiene un padre fotogénico, y se lleva bien con Bernie Ecclestone, y está enrollado con Sarah Ojjeh, y le dejan insultar al jefe, y encima parece que ha nacido para estar delante de una cámara o un micrófono, lo que en este mundillo supone una clara serie de ventajas.

Aparte de estas evidencias, hay que admitir que promete mucho (el año pasado, en GP2, ya resultaba un tiro), pues ha batido algunos de los récords de entrada más apetecibles en la F1, a falta de alcanzar el que ostenta Jacques Villeneuve (4 victorias en su primer año, 1996), que si Dios no lo remedia caerá pronto, y sin conseguir superar el de Giancarlo Baghetti (ganó su primera carrera en su primera participación en F1, 1961), puede incluso alzarse con el campeonato mundial en su primer año en la competición, lo que no supondría un récord en sentido estricto, sino un auténtico hito, si no fuera porque ahí está Giuseppe Farina, que se llevó el gato al agua el primer año oficial de la F1 (1950), lo que lo convierte en el indiscutible primer piloto que logra el título en su primera participación oficial.