viernes, 23 de noviembre de 2007

Un tal Farina


Ahora que las aguas bajan un poco más calmadas, conviene mencionar un pequeño detalle que no ha sido tratado como se merece y está originando más de un equívoco.

Lewis Hamilton no es el primer debutante que ha conseguido la segunda plaza en la general de pilotos en su primer año de participación, porque ese logro le corresponde a Juan Manuel Fangio. De haber ganado el campeonato, tampoco habría sido el primer debutante en conseguirlo en su primer año como piloto de Fórmula 1 porque ese mérito tiene nombre y apellidos: Giuseppe Farina. Si hubiera quedado tercero esta temporada, tampoco habría sido el primer debutante en alzarse con la tercera posición pues ya lo hizo Luigi Fagioli…

Podría seguir pero no es cuestión de aburrir al personal, porque la cosa, de puro sencilla no merece mayor espacio.

Vamos a ver. El campeonato de Fórmula 1, tal y como lo conocemos, se inicia en 1950 y por tanto, todos los participantes de aquella sesión eran debutantes en sentido estricto. En este orden de cosas, todos ellos fueron los primeros debutantes que lograron sus respectivas plazas en la general en su primer año de participación, así que Lewis sólo ha conseguido clavar el récord de Jacques Villeneuve en su año de debut (4 victorias), hacerse con el de poles y de subidas al cajón para un debutante, y si acaso, pasar a la historia como el primer rookie que ha sido capaz de destrozar a todo un equipo (McLaren) en su primer año de competición.

Lo cierto es que la culpa de todo este barullo la tiene la prensa inglesa, demasiado preocupada por encumbrar precipitadamente al ídolo fugaz de 2007, y en otorgarle cualquier mérito que permitiera venderlo mejor; y por qué negarlo, también por desmantelar la historia de este deporte para ajustarla a sus intereses. Otro día hablaré de cómo las competiciones de coches nacen en Francia a primeros del siglo pasado, y de por qué la sede de la FIA está en París y no en Londres (caso de que la F1 fuera un deporte inglés, su deporte, sería lo lógico), porque de momento, con lo dicho creo que basta y sobra.

Y por cierto, si todavía hay quien quiere discutir el asunto porque Fangio, Farina y compañía ya conducían coches de competición antes de 1950, recordarle que Hamilton también, pues la diferencia que existe entre un F1 y un GP2 de los que ha utilizado el británico antes de subirse al MP4/22, viene a ser sólo ligeramente más grande que la que hay entre ese vehículo o uno equivalente, pongamos que el Ferrari F2007, y un Spyker, por establecer un sencillo ejemplo.

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